Por Anna Salazar Cabarcos
Según algunos diccionarios, la felicidad es: “Un
estado de ánimo que se produce en la persona cuando cree haber alcanzado
una meta deseada.
Tal estado propicia paz interior, un enfoque del medio positivo, al mismo
tiempo que estimula a conquistar nuevas metas. Es definida como una condición
interna de satisfacción y alegría.”
Entonces la “felicidad” es relativa, pues depende de
los valores morales, sociales, familiares, éticos y espirituales por citar
algunos, de cada ser humano, y aunque
hay verdades universales, así también cada individuo es un universo por lo que,
lo que puede ser la “felicidad” para unos, jamás lo será para otros.
Veamos lo que podría ser un tipo de felicidad oscura.
Los “Donadores de semen ambulantes”. Su felicidad
consiste en casarse o “arrejuntarse” una
y otra vez, tener hijos con cada mujer y de un día para otro, desaparecer
olvidándose de hijos y mujer, con un rol de víctima que siempre ha sido
torturado por brujas impías, y jamás falta la buena samaritana que está lista
para salvar a ese pobre ser indefenso y sufrido: sigue con la tradición
enseñada por su padre, por el tío, el abuelito y el tatarabuelito… ¡pica
flores!… Pero ellos son felices así, irradian alegría, seguridad, es un rol
aprendido y ejecutado una y otra vez con éxito (aparente y momentáneamente).
Otro caso es el de los compañeros de trabajo que son
felices obstaculizando el progreso de los demás, disfrutan creando chismes,
jugando con la reputación y el prestigio de sus “rivales” que a leguas, tienen
más capacidad que ellos. Cada descalabro de un “amigo” o compañero exitoso es
motivo de alegría y celebración para… ¿cuál es la meta? Deshacerse de los que
sean mejores que él/ella… ¡ñaca ñaca! ¡Nada como aprender a nadar en una
alberca llena de tiburones!
¿Y qué me dicen de las amigas envidiosas que gozan si
el galán te dejó plantada, si te pusiste gorda, si las “patas de gallo” se
convirtieron en “patas de avestruz”, que te salieron 200 canas de un jalón o
que en el salón de belleza te quemaron el pelo? Aunque no lo creas, hay muchas
personas que basan su felicidad en la desgracia de los demás.
Hay quienes son felices estafando, mintiendo, siendo
infieles, matando, envenenando con drogas a la juventud, robando, causando
sufrimiento a los animales, a los niños, a la humanidad misma…
La mayoría, los más, van tras la felicidad iluminada, que
se alimenta del respeto, del amor, de la lealtad, el compromiso y valorización de uno mismo y el mundo que nos
rodea.
Seres humanos que son felices ayudando a otros,
desinteresadamente: dan consuelo, cariño, protección, que cuidan de los
animales y de la naturaleza por el simple hecho de proveerse paz espiritual y
sentir, que como seres humanos, el paso por la vida no ha sido un inútil y
amargo picnic.
Hay extraordinarios padres y madres, casad@s o
solter@s que son responsables y luchan a
diario por el bienestar de sus hijos, por brindarles un futuro mejor, una vida
llena de amor y respeto, llevando de la mano a niños que el día de mañana serán
adultos triunfadores, gente de bien… ¡esa es su mayor felicidad!
Amig@s que están segur@s de ell@s mism@s y no titubean
en tender la mano a otros, porque no dudan de su talento y capacidad: “Un
hombre inteligente es aquel que sabe ser tan inteligente, como para contratar
gente más inteligente que él.” John Fitzgerald Kennedy, y ven en otras personas con talento, la
oportunidad de hacer equipos con integrantes exitosos y triunfadores: gracias a esas
mentalidades ha progresado la humanidad.
La felicidad iluminada es simple: se
alimenta de la sonrisa de los hijos, del agradecimiento y reconocimiento del (la)
espos@, de la gratitud de los empleados que están a tu cargo, de un abrazo del
amig@, del amor que recibes de vuelta de tus padres, de no deberle nada a
nadie, se nutre de una conciencia limpia y en paz, la puedes hallar en la
tranquilidad de tu hogar, puede entrar a través de una ventana en un día
soleado, mientras caminas por la playa, adentro de un caracol, en las faldas de
una montaña… ¿qué tanto tienes abierta la mente y los sentidos para encontrarla?
¿Qué tanto estas dispuest@ a luchar contra tu egoísmo para brindarla a los demás?
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