Thursday, June 19, 2014

Las 5 reglas de la felicidad según el budismo tibetano



Las 5 reglas de la felicidad según el budismo tibetano

Por Anna Salazar Cabarcos


Libera tu corazón de odio

Uno de los principales venenos del alma es el odio…pero… ¿es posible evitar sentir rencor, hasta odio cuando nos han traicionado, herido mortalmente en nuestros sentimientos? La respuesta es: ¡sí se puede! A base de meditación, de tomar conciencia acerca del poder que le entregamos a otra persona sobre nuestra vida “odiándola”, porque al odiar el daño nos lo hacemos a nosotros mismos, nos consumimos en jugos tóxicos que a la larga causan enfermedades. Debemos entender que las consecuencias de nuestros actos (buenos y malos), nos pasarán la factura tarde o temprano, para bien o para mal, porque como bien dice el dicho : “La vida es como un restaurant, nadie se va sin pagar la cuenta”, entonces ¿para qué preocuparnos por gente que consume nuestra hermosa energía positiva? ¿Para qué derramar lagrimas por personas que no valen la pena? Enfócate en ti, en tu felicidad, en ver sólo de frente y rodearte de gente feliz, de gente positiva y libre de complicaciones y problemas. La fuente de felicidad no está depositada en ninguna otra persona, en una cuenta de banco, en una hermosa mansión, yates, bellas mujeres o galanes de película, todas esas son frivolidades que una vez pasada la emoción del momento, dejan un vacío doloroso. LA FUENTE DE LA FELICIDAD ESTÁ DENTRO DE TI, VIVE EN TI. Cuando aprendas a ser feliz en la intimidad de tu ser, estarás preparado (a) para irradiarla y hacer felices a los seres que te rodean. Olvídate del odio, envenena el alma y te impide ver lo maravilloso que es el mundo.

Libera tu mente de preocupaciones


Muchas veces le damos demasiada importancia a situaciones que no valen la pena, o que si son  acontecimientos difíciles de resolver, es más la energía que gastamos preocupándonos, que actuando. Ahorra energía, trata de tener un momento de calma en medio del caos y analiza el problema: ¿el grado de dificultad es real,  o tu imaginación lo está inflando como un globo? ¿Tiene remedio? Porque si tiene remedio lo mejor es que tengas a la mano varias posibles soluciones: Plan A, Plan B y hasta C ¿En el mismísimo momento que estás viviendo la angustia puedes hacer algo? Si la respuesta es sí, en lugar de torturarte con los “¿Y qué tal si esto? ¿Y qué tal si lo otro?”, por qué no pones manos a la obra y haces algo en lugar de vivir en una tortura angustiante. NO LE DES IMPORTANCIA A LO QUE NO LO TIENE, es desgastante y te hace dar vueltas en círculos absurdos. La meditación es fundamental, pon tu mente en un estado de tranquilidad, visualiza cómo quieres que sea tu vida, dalo por hecho, ten fe en que tu ser vivirá en perfecta armonía, equilibrio y paz. La fábrica de lo que mañana serán tus realidades, está en tu cabeza.


Vive humildemente

Vivir “humildemente” no quiere decir que te vayas a vivir a una choza con techo de cartón. Quiere decir que te liberes de los monstruos que arruinan vidas y  devoran la felicidad: EL ORGULLO Y LA SOBERBIA.
Debemos aceptarnos con nuestras debilidades y defectos, trabajar en ellos para superarlos. No ser pretenciosos, interesados, egoístas,  creernos autosuficientes porque todos necesitamos de todos, envidiosos, convenencieros. Como diría el gran Miguel de Cervantes y Saavedra:

"La humildad es la base y fundamento de todas las virtudes, y que sin ella no hay alguna que lo sea."

Da más


Demos sin esperar nada a cambio. Practiquemos la generosidad quitando de nuestra mente la idea de recibir. No nos deshagamos de cosas inútiles e inservibles, ofrezcamos cosas que puedan ser valiosas para nosotros, útiles, cargadas de buena energía. Hagamos a un lado el egoísmo y compartamos un poco de las bendiciones que la vida nos otorga día con día.


Espera menos

La vida, el universo, Dios o en quien tú creas,  a diario nos ofrece cosas maravillosas. El simple acto de despertar cada mañana, de respirar, de poder levantarnos de la cama es en sí un triunfo y un regalo excepcional.  Debemos aceptar lo que se nos ofrezca  con gratitud,  porque cuando nos creamos grandes expectativas y las cosas no salen como queremos, caemos en la inconformidad, la frustración, la decepción  e infelicidad. Planeemos el futuro montados en la realidad, abiertos a los ires y venires del destino que es caprichoso y actúa según su santa voluntad. Nunca sabes lo que te espera a la vuelta de la esquina…Hay un dicho que dice: “¿Quieres hacer reír a Dios? ¡Cuéntale tus planes!”.

Agradece lo poco o lo mucho que te ofrece la vida, disfruta hasta de lo más insignificante; un atardecer, del sonido de la lluvia, una tarde rodeado de la gente que amas, la risa o de una noche con el cielo inundado de estrellas.  Abre tu corazón a las cosas que no se compran, que no se conectan con un enchufe a la luz ni necesitan del internet para funcionar.  Espera menos… y serás inmensamente feliz con las cosas que antes, pasaban inadvertidas delate de ti. 





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