Las 4
estaciones de la vida
¿Te has preguntado alguna vez, cuál estación del año podría representar
cada etapa de nuestra vida? Te cuento lo que concluí, la neta.
Primavera 0 a 20 años
En la primavera,
los días duran más que las noches, es el periodo de transición entre el
invierno y el verano. Es como llegar a la vida, el inicio: la semilla que
florece, ve la luz, y crece lentamente. Los días son luminosos, como los de la
infancia, apetece correr, conocer, saber. En primavera, los animales, las
mariposas y los insectos salen de sus letargos y ansían explorar, volar, nadar
libremente, experimentar, como nosotros
en la adolescencia. Las flores se vuelven más hermosas, los árboles que eran
ramitas, comienzan a fortalecerse, la vida es celebración y desarrollo. Ahora,
pasada la primera etapa los cambios son evidentes, las necesidades, otras,
vienen los cambios de clima.
Verano 20 a 45 años
El verano se caracteriza por tener los días más largos y las
temperaturas más altas. Época cargada de energías, de alegría y actividad. El
sol resplandece pareciendo que no existen los imposibles. El aire caliente no
se compara con la temperatura de nuestra sangre más viva que nunca. El agua es
fresca, es vida, es necesaria como el amor que a estas alturas, exige nombres y apellidos de los destinatarios. Viene la reproducción, los
hijos, la crianza, el nido lleno, la fuerza de poderoso corcel que parece no
terminar nunca, somos león, gacelas, briosos toros, gaviotas ansiosas de cruzar
los mares… y muchas veces los cruzamos. No hay miedo, no hay barreras, el
cuerpo es más poderoso que la mente, que a veces, es víctima de arrebatos inconscientes.
¡La juventud se
presume por fuera!
Otoño 45 a 70 años
En
otoño los días se hacen más cortos, la temperatura lentamente va bajando. Poco
a poco aparecen las lluvias, las hojas de los árboles comienzan a ponerse
amarillas, marrones, van perdiendo el color hasta secarse, e ir cayendo
suavemente. Al igual que nuestro cabello, que sutilmente se pinta de blanco con
hebras plateadas, haciéndose débil, como telarañas, fugándose con su amante, el
viento. Del verde intenso y colorido
verano, los campos se visten más sobrios, y los insectos y animales se preparan
para enfrentar el invierno. El paso se hace más lento, el cuerpo sufre las
consecuencias de una primavera y verano agitados. La piel se cansa de tanto
sol, de tanta lluvia, se aja de haber reído y llorado tanto. La mirada ya no es
como la de las águilas…
Invierno 70 años al infinito
El invierno es
la estación del frío y la nieve, de las calles silenciosas y mágicos bosques.
Los días son más cortos y las noches más largas, parecieran eternas. Los
animales duermen en sus nidos y guaridas, calientitos, resguardados. La mente del
ser humano con los años se volvió activa, fuerte, poderosa. La memoria es un
maravilloso túnel del tiempo por el que a estas alturas, se es capaz de viajar
al antojo. Los robles, el león, el rey de la selva, los jefes de las manadas,
el río que lleva recorriendo el mismo trayecto desde tiempos inmemoriales, los viejos que
miran nostálgicos por horas a través de la ventana, todos son sabios. Aquí, la mente es más fuerte que el cuerpo. ¡La
juventud se vive intensamente por dentro! Nos preparamos para la gran tormenta,
la oscuridad… para recibir pronto a la primavera.