La ofrenda a los muertitos
Por Anna Salazar Cabarcos
Lleven pues,
ánimas viajeras,
los tributos que ofrecemos hoy
en remembranza vuestra.
Acérquense ya, recuerdos efímeros,
a entresacar
con las uñas, lágrimas y añoranzas.
Carguen en sus ligeras espaldas la fruta,
el pan y el café de olla que les brindamos,
el aguardiente, el dulce de calabaza
y los ramos de cempasúchil.
y los ramos de cempasúchil.
Cuelguen como aretes las flores,
iluminen el cielo con la tenue luz de veladoras,
perfumen las nubes de incienso:
al son de la música de nuestros antepasados,
colmen de estruendos el universo.
Con el agua rieguen los campos floridos,
en donde aún yacen los restos de lo que fueron ayer;
que sean alimentados con vuestras cenizas.
Nuestra ofrenda es pobre tal vez,
porque no posee oro ni plata,
mas es rica por la devoción,
la nostalgia,
la espiritualidad,
pero sobre todo,
por los pensamientos que van acompañados de una
oración,
hasta ese lugar,
en donde moran las almas por toda la eternidad.hasta ese lugar,