Sunday, January 12, 2020

Un hombre en la noche


Crónicas nocturnas


Al salir del trabajo, ya las puertas cerrando, un hombre pretendía entrar y el supervisor le dijo amablemente, que ya estaba cerrado... el hombre quería un cafè.



El señor, una compañera y yo bajamos juntos por las escaleras elèctricas. Era como de unos 40 años, de acento armenio, era obvio que no tenía hogar, pero iba bien vestido , con un sweater azul cielo y unos jeans, a simple vista se veía educado y amable. Su barba, muy tupida y negra.

Me hace conversaciòn:

- En dònde queda un 7-eleven?
- En la avenida Foothill, a la izquierda... -le contesto.
- Pero... por dònde?

Y como me di cuenta que no tenía ni idea de donde estaba, le expliquè màs detalladamente:

- Siga derecho y en donde està el banco, en la esquina, a la izquierda, como a dos calles...
- Son màs de 10 minutos caminando?
- Depende, si camina ràpido o despacio...
- No puedo caminar muy ràpido... mi backpack pesa mucho... pero necesito un cafè.

En la espalda traía cargando un back pack negro, grande, y pensè (quizàs estoy equivocada), que èse hombre acababa de llegar al país.



Me diò tristeza recordar lo duro que es venir aquí sin familia, con muchas ilusiones, sueños. Y recordè el miedo que da no saber el idioma, ni las costumbres, ni las estrictas reglas, es un mundo totalmente diferente al que pertenecemos: ser inmigrante en Estados Unidos es de valientes!

Y entonces lo vi irse ràpido, cruzar la vía del tren y enfilarse hacia la Foothill, en medio de la noche (muy solitaria, por cierto).

Espero que se haya comprado su cafè calientito, que le ayude a entibiar los sueños en èsta noche fría, y se los conserve vivos e intactos.

Yo, me subo a mi auto y voy a casa, y en el camino me arrepiento de mis preocupaciones y angustias, porque tengo un lugar a donde llegar a dormir, y a mis hijas que me esperan, seguras, porque tengo alimento y cobijo y èl, èl sòlo tiene su pesado back pack en donde carga su mundo.

Ya en casa, me hago un cafè... le doy un sorbo y pienso que quizàs èl tambièn estè tomando el suyo.

Hace tanto frío afuera...


Y como èl, hay tanta gente buena, sin hogar , de los que no sabemos su historia quizàs de lucha, de rebeldía contra su destino , y pasan inadvertidos, escondidos entre nosotros durante el día, siendo uno màs: pero bajo la Luna son sombras en busca de un rincòn seguro dònde acurrucarse para pasar la noche, son bultos cubiertos de cobijas viejas y cartones en la banca de un parque, son seres humanos que tienen miedo, incertidumbre, hambre, pero sobre todo, mucho valor.


He terminado mi cafè... hasta mañana.

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